26/06/2015
A continuación os mostramos los testimonios de Chamare, Bhayabli, Dhurba y Rampiyari. Son personas mayores víctimas de los terremotos ocurridos en Nepal, en abril y mayo, así como de sus distintas réplicas.
Chamare tiene 68 años y es agricultor en Goldhunga, donde tiene algunas tierras de cultivo. Es una de las personas que recibió dinero en efectivo de HelpAge, dentro del programa de ayuda directa que estamos llevando a cabo en Nepal. Su familia está formada por diez personas, entre ellas cuatro nietos. Chamare se mantiene activo y no tiene ningún problema de salud crónico, aunque sufre leves dolores en el pecho y tiene problemas de visión. Había ahorrado algo de dinero con el que pagó al albañil para construir un refugio para su familia. Los materiales que se utilizaron para este refugio fueron recuperados de la antigua casa, entre ellos se recogieron hojas de bambú, ladrillo y zinc. Chamare nos comentó: «Mi hijo trabaja como peón y no gana mucho dinero. Todo el dinero que ahorramos fue gastado en refugio. La subvención HelpAge fue muy útil, ya que podíamos comprar comida durante una situación tan difícil. No tengo planes de cómo enfrentarme a la vida. Todavía necesitamos más apoyo».
Bhayabli tiene 74 años y vive en Goldhunga, a las afueras del norte de Katmandú. Antes del terremoto vivía sola pero su casa quedó completamente destruida tras el desastre y ahora está viviendo con su hijo en un refugio improvisado construido con lonas. Bhayabli padece hipertensión, asma y artritis. Hace un mes recibió una de las ayudas en efectivo y, hasta ahora, ha utilizado el dinero para comprar medicinas y alimentos. Tiene pensado usar el resto para comprar tela y más medicamentos porque que cree que «la salud significa la riqueza».
Dhurba tiene 63 años y vive en Dharmasthali, al norte de Katmandú, con cuatro de sus familiares. Cuando se produjo el terremoto estaba solo en su casa y corrió a un lugar cercano donde todos sus vecinos ya se habían reunido, «me tiré al suelo y lloré de miedo. Vi como las casas se derrumbaban en mi pueblo». Dhurba posee algunas tierras, pero no tiene una fuente segura de ingresos y tampoco tiene la edad suficiente para recibir una pensión (OAA). De acuerdo con la Ley Nacional de la Tercera Edad de Nepal, los que viven en Katmandú o en la región central debe tener 70 años o más para recibir el OAA. Dhurba nos contó que utilizó la ayuda en efectivo para comprar alimentos, principalmente arroz, le
ntejas y aceite. También construyó un refugio hecho de láminas de zinc, bambú y ladrillos. Explicó: «Construir este refugio nos costó alrededor de 18.000 rupias. No podría habérmelo permitido sin ay
uda. La estación de los monzones se acerca rápidamente y tenía miedo de no ser capaz de construir un refugio antes de que empezara”.
Rampiyari, de 74 años, también vive en Goldhunga. Tiene un hijo y una hija y vive por su cuenta, como ella misma nos explicó: «Mi hijo y mi hija están casados y tienen sus propias familias, por lo que estoy viviendo sola». Rampiyari nos comentó que ella estaba en la iglesia cuando el terremoto destruyó su casa. Se refugió en una escuela cercana a la comunidad durante las
réplicas. Recibió el apoyo de dinero en efectivo que ha utilizado para construir un refugio para ella. Contrató dos albañiles que tardaron ocho días en terminarlo y nos contó «No podía permitirme nuevas láminas de zinc y madera, así que utilicé algunas que recuperé de los escombros de las casas derrumbadas”
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