18/03/2014
Han pasado tres años desde que la guerra comenzó en Siria y actualmente alrededor de 72.000 refugiados sirios tienen más de 60 años. En situaciones de conflicto, las personas mayores se encuentran entre los colectivos más vulnerables, con necesidades específicas que deben de tenerse en cuenta.
Ahmed, 67, diabético y sin insulina.(c) Lydia de Leeuw / Handicap International HelpAge International
En el tercer aniversario del conflicto, queremos destacar la difícil situación en la que viven las víctimas silenciosas de esta guerra civil: Las víctimas invisibles que han sucumbido tanto en Siria como en los países de acogida a lo que antes eran las enfermedades crónicas y controlables, como una presión arterial alta o la diabetes.
El problema de acceso tanto físico como financiero a los cuidados de salud y a la medicación ha supuesto aún más estrés para las personas que sufren de enfermedades crónicas.
El impacto se ve acentuado por el hecho de que antes del conflicto las personas en Siria que padecían enfermedades no transmisibles recibían un tratamiento de manera regular.
En un reciente estudio realizado desde HelpAge conjuntamente con Handicap International se indica que el 54% de las personas mayores sirias refugiadas que viven en Jordania y Líbano sufren enfermedades crónicas mientras la guerra obliga a interrumpir su tratamiento.
Sufriendo en el exilo
Las consecuencias físicas, psicológicas y económicas del conflicto en Siria y en los países vecinos que han acogido a los refugiados sirios están empeorando día a día.
Ahmed, de 67 años, padece diabetes y una enfermedad cardiovascular. Debido a complicaciones de su diabetes le amputaron la parte inferior de su pierna derecha en 2006.
Ahmed y su familia viven en Líbano desde enero. Le preocupa cómo obtener sus medicinas y dice: “Necesito mi medicación. Eso es lo más importante para mí”.
La mujer de Ahmed, Ilham, nos explica: “Compramos gran cantidad de sus medicinas en Siria y las trajimos con nosotros, pero se le acabarán en los próximos días y no tenemos más. Estamos intentando conseguir insulina, pero es difícil de encontrar. El doctor quiere ver a Ahmed antes de recetarle nada, pero es imposible llevarle hasta el hospital”.
Lo que estamos haciendo
Estamos ayudando a 1.900 personas mayores refugiadas y muy vulnerables que se encuentran en Jordania y Líbano a través de dinero en efectivo, lo que da a las personas mayores y a sus familias los medios para adquirir bienes esenciales como medicina y comida con un poco de independencia y dignidad.
También trabajamos con otras ONG y organizaciones en Jordania y Líbano para asegurarnos de que de que la ayuda es lo más intergeneracional posible.
Es frecuente que las necesidades propias y especiales de las personas mayores sean olvidadas durante una emergencia. Por ello, estamos proporcionando capacitación y formación a agencias como ACNUR y trabajando para mejorar los servicios del campo de Za’atari, en Jordania.
Además nos estamos asegurando de que el nuevo campo de refugiados de Jordania, Azraq, es adecuado para personas mayores.
Conflicto prolongado
Toby Porter, Director Ejecutivo de HelpAge, comenta: “En el tercer aniversario del conflicto podemos ver que la actual crisis de Siria se está prolongando en el tiempo y que supone nuevos retos tanto para los refugiados como para los países de acogida”.
“La pérdida de los mecanismos de adaptación y redes de apoyo con las que contaban ha tenido también un gran impacto entre las personas mayores. Cuando huyen de los combates, las personas mayores suelen dejar detrás un entorno físico y social en el que se sentían seguros y eran adecuados a su edad”.
“La vida en el exilio significa que a menudo no tienen casas o lugares de trabajo adaptados, no cuentan con acceso seguro a su tratamiento médico o no pueden mantener la relación con los miembros de su familia y parientes”.
