01/09/2017
Por Glynnis Cummingsjohn, Asesora Técnica de Inclusión de HelpAge International
He decidido mudarme de Reino Unido a Sierra Leone después del brote del Ébola para trabajar como asesora técnica de inclusión para HelpAge International. Uno de mis principales objetivos ha sido impulsar el desarrollo de la primera política pública de envejecimiento en Sierra Leone, instrumento imprescindible para mejorar las vidas de los hombres y las mujeres mayores de todo el país.
©Simon Rawles/Age International
La gente espera que sea un hombre el que haga mi trabajo
Ha habido muchos casos en los cuales he participado a conferencias aquí en Sierra Leone, o he asistido a reuniones, y he sido la única mujer que ha hablado. Profesionalmente, la gente espera ver a un hombre de unos 40 o 50 años. Muchas veces noto que a la gente le sorprende ver que una persona de mi edad y mi género está haciendo lo que yo estoy haciendo. Muchas veces hay bromas al respecto, pero he aprendido a no mirar atrás y a no darles demasiada importancia.
Mi abuela no dejo a nadie detenerla para conseguir lo que ella quería – así que yo tampoco dejaré que esto pase. Ella fue la primera mujer alcaldesa en Sierra Leone y ha trabajado mucho para conseguir derechos para las mujeres aquí. Tener una abuela que fue capaz de superar las normas de la época es una gran inspiración para mí. Pienso en las barreras que ella tuvo que afrontar como mujer en su época y que al final lo consiguió. Esto me hace pensar, «vale, ¿y entonces yo que excuso puedo tener?»
Las personas mayores, ignoradas en Sierra Leone
En la constitución del país, no hay ninguna mención sobre las personas mayores, lo que es muy triste al considerar la gran contribución que han hecho a la sociedad. Reconocer que falta introducir a las personas mayores en el marco legislativo es algo muy novedoso para el gobierno, por lo que resulta muy difícil trabajar con las autoridades para adoptar una política nacional de envejecimiento. Todas las personas mayores desean envejecer de manera digna y es precisamente esto lo que esta política les ofrecería.
El virus del Ébola ha tenido un impacto devastador sobre el colectivo mayor, pero la situación se va recobrando poco a poco. Además, ha tenido un impacto importante sobre el sentimiento de comunidad en Sierra Leone. Muchas personas fueron enviadas en cuarentena. Era obligatorio quedarte en casa. No se permitía tener ningún tipo de contacto físico.
Una persona mayor dijo que la crisis que provocó el Ébola fue peor que la guerra civil. Durante la guerra, podías al menos ver las balas, pero con el Ébola, no sabías si la persona que estaba a tu lado tenía el virus o no.
Hemos encontrado muchos casos donde los mayores, cuyos hijos adultos fueron víctimas del virus, se tuvieron que hacer cargo de sus nietos. Por lo que, decidimos empezar un programa de medios de vida para ayudar a las personas mayores reabrir sus negocios y poder sustentar sus familias. Las personas con las cuales hemos trabajado nos han confesado que han descubierto de nuevo el sentido de la vida.
Estoy muy agradecida de que he llegado a conocer el país donde mis padres crecieron
Aun cuando no he nacido aquí, siento que tengo un vínculo especial con Sierra Leone. Mi madre se ilusionó mucho que pudiéramos entender su cultura -cada año hemos viajado con la familia a Sierra Leone. Hemos tenido reuniones con nuestros familiares. Gracias a esto, tenemos muy bonitos recuerdos. Pero, al mismo tiempo, he podido ver que muchas personas no tenían lo que nosotros teníamos. Con cada viaje, he tenido un sentimiento de responsabilidad para hacer algo más por Sierra Leone.
Las personas mayores que he encontrado me han inspirado. No ven la edad como una barrera. ¡Ver que una persona que tiene 60 años abre un negocio por la primera vez es muy inspirador!