16/05/2018
Ben Small
“La cosa más importante que puede existir es la capacidad de poder hacer lo que uno quiera hacer, de sentirse libre. Una persona que no tiene independencia sería igual de bueno que estar muerto» dijo una mujer mayor de 71 años.
Según un nuevo reporte de HelpAge International, que fue presentado el 10 de mayo de 2018, muestra que las personas mayores exploran el derecho de libertad para poder ser capaces de tomar sus propias decisiones y vivir sus vidas conforme a sus propios valores y preferencias.
La libertad de decidir por nosotros mismos integra las hallazgos de una consulta a 450 personas en 34 países para así poder saber cuál es su perspectiva en los derechos de autonomía e independencia, cuidados a largo plazo y cuidados paliativos que son cruciales para la dignidad humana
Encontramos que mientras más envejece una persona, la autonomía y la independencia de la que disfrutaban en su vida empieza a verse comúnmente negada por las actitudes negativas sobre el envejecimiento, que muchas personas tienen; creen que los adultos mayores son incapaces de tomar sus propias decisiones o incluso ignoran sus decisiones.
Esto ha perdurado a través de las sociedades, desde los gobiernos y autoridades locales, hasta líderes locales y miembros de la familia. Esto ocasiona que las personas mayores no puedan asumir decisiones importantes sobre sus finanzas, empleo, arreglos en su vivienda, vida familiar y participación comunitaria.
“En estos días, tanto mis hijos como los jóvenes de la comunidad, no me consideran importante y valioso. Llevan a cabo decisiones sin mi participación, incluso pueden decidir vender parte de mis propiedades sin consultarme” comentó un hombre mayor de 81 años de Tanzania.
Este tipo de negación de la autonomía y de la independencia es usualmente más acentuada durante los tiempos de cambio, es decir, cuando la salud se va deteriorando, cuando hay una caída en el ingreso económico o cuando un mayor tiene que mudarse con algún otro miembro de la familia. Esto origina una gran dependencia, la cual otros pueden explotar para limitar las libertades de los mayores.
Está dependencia es especialmente evidente en la salud y cuidado de las personas mayores. Muchos participantes han dicho que existe una falta de comprensión en los cuidados a largo plazo y a servicios de soporte en sus comunidades, y si es que existen este tipo de servicios son sumamente costos y no pueden hacer frente al gasto. Esto deja que las familias sean las únicas proveedoras del servicio, donde muchas veces el costo que pagan los mayores por esto es el control sobre sus cuidados y decisiones.
“No tenemos ninguna voz que esté a nuestro favor” dijo una persona mayor en el grupo de discusión de Kenia, mientras que una mujer de 65 años de Rusia comentó que “Generalmente un persona mayor tiene que aguantar la forma en que se le cuida”
Rachel Albone, consejera global en salud y cuidados de HelpAge ha dicho que “Sin el acceso a servicios de cuidado, las personas mayores dependen de sus familias y de los miembros de su comunidad para el apoyo. Esto significa que las personas mayores no obtengan el ciudad de calidad que necesitan.
“Cuando hablamos de cuidados paliativos, las personas mayores con enfermedades que atentan contra su vida tienen el riesgo de vivir con sufrimiento y dolor. Esto no debería ser así”
Justin Derbyshire, jefe ejecutivo de HelpAge International dijo: “No existen estándares explícitos internacionales en temas de derechos humanos en personas mayores con respecto a su autonomía e independencia, cuidados a largo plazo o cuidados paliativos. Sin esto, estos derechos fundamentales no pueden ser protegidos”
“Exigimos a los gobiernos a través del mundo que escuchen las voces de las personas mayores y atiendan sus necesidades. Al apoyar una convención de Naciones Unidas en los Derechos de las Personas Mayores, las naciones pueden asegurar a sus ciudadanos mejor calidad de vida y seguridad a través de los años, incluso siendo una persona mayor.”
