27/11/2020
Esta semana se está celebrando el XIV Congreso Europeso de Lares, en el que ha participado María Jesús Aranda, Vicepresidenta HelpAge España, abogada y exdefensora del pueblo de Navarra. Compartimos su intervención en la que destaca la importancia del voluntariado de personas mayores y su gran contribución al bienestar de toda la sociedad.
XIV Congreso Europeo Lares – Comprometidos con el futuro de los cuidados
VOLUNTARIADO: PARTICIPACIÓN Y GESTIÓN
El voluntariado de personas mayores es una práctica social específica de la participación social muy habitual en la actualidad. Esta participación ha existido siempre, en mayor o menor medida, y se ha materializado en los cuidados y apoyos familiares, pero también, aunque de manera residual, en el ocio, la cultura y la política. Es cierto que la participación social de las personas mayores ha sido escasa hasta la segunda mitad del siglo XX, pero esto se explica porque la esperanza de vida de las personas era muy limitada y porque a las personas mayores se les atribuía un papel subordinado -cuando no marginal- al asociarlas socialmente con la ancianidad.
Desde principios del siglo XXI, el voluntariado de las personas mayores en España se caracteriza por su crecimiento, su diversificación y por el reconocimiento de sus aportaciones, tanto del sector público como de la sociedad civil.
Los beneficios del trabajo voluntario son muy evidentes en las personas hacia las que se dirigen las actividades y en las personas voluntarias, pero también es un beneficio para la sociedad en general y el entorno más cercano donde se realiza esa actividad. Para las personas mayores supone un desarrollo personal, que refuerza su autoestima y promueve sus relaciones sociales. Esta valoración personal y social es un gran impulsor que favorece la inclusión de las personas mayores y contribuye a erradicar los estereotipos sociales negativos, que son la base de la discriminación por razón de edad que experimentan las personas mayores.
Según un informe publicado por la Fundación la «Caixa» sobre personas mayores y voluntariado, las personas mayores más predispuestas a participar en acciones dedicadas al voluntariado serían aquellas que disponen de una mayor conciencia social, quizás mayores ingresos en el hogar, tienen un nivel cultural y educativo, son mayoritariamente mujeres, cuentan con una valoración positiva de su propio bienestar y su estado de salud y muestran un mayor interés en política y temas de actualidad. En este sentido, habría que prestar atención a la forma en la que se capta a las personas voluntarias mayores y diseñar campañas específicas dirigidas a ellas para poder orientarlas hacia sus intereses, sus inquietudes y sus preocupaciones.
En este sentido sería muy importante poder contar con el capital humano que suponen las personas mayores en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que propone la Agenda 2030. Las personas mayores son agentes activos de desarrollo y agentes de cambio indispensables por todas sus contribuciones sociales y económicas, en el ámbito formal e informal, el trabajo de cuidado no remunerado que realizan y su participación política. Hay que tener en cuenta que la población mundial envejece a un ritmo acelerado y que un porcentaje muy importante de la población son personas de más de 65 años de edad.
Es necesario reivindicar el derecho de las personas mayores a participar en la sociedad porque a medida que vamos cumpliendo años y sobre todo cuando dejamos de ser considerados activos en el mercado laboral, se desatan una serie de prejuicios y estereotipos contra las personas mayores que provocan una pérdida real de derechos. A partir de una determinada edad lo normal es que se nos infantilice, se nos considere como menores de edad de nuevo y se piense que somos una carga para la sociedad. En nuestros entornos familiares y sociales con una idea equivocada a veces de sobreprotección, se nos niega a menudo la capacidad de decisión sobre nuestras vidas y sobre todo nuestros derechos a la participación social activa y a la toma de decisiones, por ejemplo. Por eso, desde HelpAge España, creemos imprescindible que Naciones Unidas apruebe una Convención sobre los derechos de las personas mayores y que a partir de ahí, los Estados actúen en consecuencia promoviendo y garantizando estos derechos para que las personas mayores puedan ejercer su derecho a la salud, a unos ingresos mínimos, a una educación a lo largo de la vida y, en definitiva, a no ser discriminados por razón de edad en ningún ámbito.
Ante la situación que estamos viviendo por la pandemia provocada por la covid-19, es una prioridad trabajar contra el edadismo, cambiar el enfoque de las políticas públicas dirigidas a las personas mayores y repensar nuestro modelo de cuidados para introducir otras alternativas a recetas residenciales clásicas, que no respetan ni la voluntad ni las aspiraciones de vida de todos nosotros.
Es evidente que las personas mayores están siendo las que están recibiendo el mayor impacto de la pandemia, no sólo porque son las principales víctimas mortales, sino porque todas están viviendo situaciones de aislamiento y soledad, y muchas otras, falta de protección y acceso a bienes básicos. Lamentablemente es imposible no hablar de vulneración de derechos humanos de las personas mayores en esta crisis sanitaria. Lo positivo es que creo que ha aumentado el grado de concienciación social sobre el valor de las personas mayores en las familias, en las comunidades y en la sociedad en general.
María Jesús Aranda. Vicepresidenta HelpAge España, abogada y exdefensora del pueblo de Navarra