Abu Mohammed y su familia huyeron de su casa en Gaza para perderlo todo en un ataque a su refugio temporal. Abu Mohammed sigue centrado en la supervivencia de su familia.
A pesar de la enfermedad y el dolor, Abu Mohammed y su esposa luchan por cuidar de sus siete hijas y una nieta. Huyeron de su casa en Shuja’iyya bajo el fuego, moviéndose de un barrio a otro: Tel al-Hawa, al-Mughraqa, Khan Yunis, y al-Nuseirat, hasta que finalmente encontraron refugio temporal en una tienda de campaña en el Hospital de los Mártires de al-Aqsa en Deir al-Balah.
Pero ni siquiera el hospital era seguro. Poco después de la medianoche del 14 de octubre, un ataque con misiles israelíes destrozó el campamento, incendiando las tiendas. El fuego se propagó rápidamente, consumiéndolo todo y dejando a muchos muertos y heridos. «Apenas escapamos con vida», cuenta Abu Mohammed. «Solo podía pensar en poner a salvo a mi mujer y a mis hijas, lejos de aquellas llamas».
Desde aquella noche, la familia se ha quedado sin nada. Sin un hogar, Abu Mohammed y Um Mohammed enviaron a sus hijas y a su nieta a casa de unos parientes, con la esperanza de aliviar parte de la carga.
«Antes teníamos una casa grande y feliz, de 225 metros cuadrados», recuerda Abu Mohammed. «Pero ahora sólo quedan recuerdos, y no sé si volveremos a verla». Su hogar en Gaza quedó destruido al cuarto día del conflicto, pero tanto él como su esposa siguen soñando con volver al lugar donde compartieron tantos momentos preciosos.
Aunque Abu Mohammed se enfrenta a graves problemas de salud por unas viejas heridas, rara vez habla de su propio sufrimiento. Su atención sigue centrada en la supervivencia de su familia y en su hijo, muerto durante los recientes bombardeos. «El conflicto nos lo ha quitado todo: nuestro hogar, nuestro hijo», dice secándose las lágrimas. «Sólo tenía 24 años y cuidaba de todos nosotros».
Mientras esperan el fin del conflicto, Abu Mohammed confía en recuperar el cuerpo de su hijo, aún atrapado bajo los escombros desde abril. Umm Mohammed, que ha hecho múltiples intentos por regresar a su barrio, pasa el tiempo cerca de la morgue del hospital, consolando a otras familias en duelo. «Al menos pudisteis despediros de vuestros seres queridos», les dice. «Yo ni siquiera he tenido eso».
Como tantas otras familias desplazadas en Gaza, la de Abu Mohammed depende de la ayuda humanitaria para salir adelante. A pesar de su dolor, Abu Mohammed solo tiene una petición: «Solo quiero que mi familia vuelva a sentirse segura».
Esta historia pudo llegar hasta aquí gracias al apoyo de Juzoor for Health and Social Development, miembro de la red global de HelpAge; una organización no gubernamental palestina dedicada a promover la salud como un derecho humano básico. Junto con HelpAge, están trabajando para entregar ayuda humanitaria urgente a las personas mayores en Gaza.
