Mientras el conflicto en Ucrania se intensifica, el equipo de HelpAge International permanece en el terreno para seguir apoyando a las personas mayores. Compartimos el testimonio de la Directora de Área de HelpAge International en Ucrania. (Texto original en inglés)
«Creímos hasta el final que la invasión no se produciría. Confiamos hasta el final en el sentido común, en una solución diplomática. Pero cuando empezaron los combates, mucha gente seguía esperando lo mejor o se mostraba escéptica, pensando «ahora nos asustarán un poco y luego habrá negociaciones».
Avisé inmediatamente a todos mis colegas cuando me enteré de que había comenzado la invasión, asegurándome de que tuvieran las maletas de emergencia preparadas y listas para salir.
La oficina de HelpAge se encuentra en Sloviansk, a 20 minutos en coche de Kramatorsk, donde tienen lugar los combates y se oyen constantemente las explosiones. Algunos de nuestros voluntarios trabajan en las zonas donde se producen los combates. Oyen aún más explosiones y ven pasar vehículos militares.
Algunas localidades en las que trabajamos ya no están bajo el control de Ucrania. Intentamos averiguar qué ocurre con nuestros voluntarios y voluntarias y si todo va bien con las personas mayores con las que trabajamos.
Gran parte de nuestro voluntariado son personas mayores. Son personas activas y responsables, y son un ejemplo a seguir. Se alegran mucho cuando nos ponemos en contacto con ellas, ya que eso les ayuda psicológicamente. La mayoría están dispuestas a seguir apoyando a sus compañeros y compañeras, pase lo que pase.
Muchas personas huyeron a las grandes ciudades, con la esperanza de que los combates no llegaran allí, o al menos hubiera más oportunidades de protección, como refugiarse en el metro. Como a todo el mundo, a las personas mayores les gustaría huir, pero quienes apenas pueden moverse, a menudo, no tienen esa opción.
Mi bolsa de emergencia está preparada, pero espero no tener que desplazarme a ningún sitio. Hay un refugio antibombas a 300 metros de mi casa, pero me temo que no podré llegar a tiempo.
Lo que está ocurriendo es una doble tragedia para mí. Mi madre era rusa y tengo muchos amigos que viven en Moscú. No puedo comunicarme con ellos normalmente, y ellos también están perdidos y confundidos.
Estamos sufriendo interrupciones en la comunicación: la conexión móvil e Internet son inestables. No hay ninguna comunicación en las zonas de combate. Tampoco hay luz, calefacción ni agua.
Hay informaciones falsas en redes sociales y a través de la mensajería instantánea que siembran el pánico. Mis colegas y yo prestamos mucha atención a la comprobación de toda la información.
No sabemos ahora hasta dónde llegará esto, cuántas más víctimas civiles o destrucción habrá. Y espero que las declaraciones sobre las armas nucleares no lleguen a nada.
Intento utilizar técnicas mentales especiales para controlar el estrés. Me encantaría rebobinar el tiempo. Teníamos tantos planes, habíamos empezado a recuperarnos poco a poco, pero ahora todo se ha estropeado.
Espero con esperanza las negociaciones de paz.
Gracias a todo el equipo de HelpAge International y a todas las personas los que nos apoyan, esto es muy importante.»