17/01/2020
Ben Small
Según un informe de evaluación rápida de necesidades de las personas mayores coordinado por HelpAge International, el 90% de las personas mayores en el noreste de Siria dependen de familiares y amigos para satisfacer sus necesidades más básicas.
El informe se ha elaborado en colaboración con socios locales, en concreto con la Asociación Médica de Expatriados de Siria y Al-Ameen. En él, se pone en evidencia que existe una vulneración de los derechos de las personas mayores.
Actualmente, la situación en la región es compleja. Aunque Isis ha sido expulsado, los servicios básicos están interrumpidos, las infraestructuras destruidas y falta personal cualificado. Además, aún existen tensiones entre las poblaciones kurdas y turcas, lo que genera una gran incertidumbre de cara al futuro. Según UNOCHA, se estima que 1,6 millones de personas necesitan asistencia en tres provincias, entre las que se incluyen 900.000 que necesitan ayuda urgente.
El 50% de las 614 personas mayores encuestadas en las comunidades de refugiados, retornados y de acogida dijeron que sus centros médicos locales se habían quedado sin medicamentos, mientras que el 15% dijo que sus propios medicamentos se habían agotado por completo.
Una de cada cuatro personas mayores dijo que no pueden conseguir suficiente comida para comer y la mitad, señaló la falta de ingresos como el principal obstáculo. De hecho, el 85% dijo que tenía que pedir prestado dinero para llegar a fin de mes, por lo que muchas personas mayores están endeudadas y si la posibilidad de conseguir un ingreso estable en el futuro.
Tres de cada diez encuestados dijeron que no tienen acceso a agua potable, a menudo debido a las largas distancias a las que se encuentran los puntos de agua, y dos tercios dijeron que el lugar donde viven necesita reparaciones.
El impacto del conflicto y el desplazamiento de población en el noreste de Siria han tenido un impacto preocupante en el bienestar psicosocial de las personas mayores. Tres cuartos de los encuestados dicen que necesitan apoyo para poder seguir adelante, y más de la mitad dicen que se sienten aislados y desatendidos.
Aunque la gran mayoría de los encuestados dependía de otros, las tres cuartas partes (77%) aún son responsables del cuidado de otros, como niños y niñas menores, otras personas mayores o con discapacidad.
¿Qué hay que hacer?
Se están vulnerando los derechos de las personas mayores y la clave para abordar esto es hablar con ellas para conocer cuáles son sus necesidades: el 85% de las personas mayores dijeron que no fueron consultadas por ninguna otra agencia humanitaria.
Es necesario que se recopilen datos desagregados por edad, sexo y discapacidad, para garantizar que las respuestas sean apropiadas y, además, se deben crear mecanismos que recojan quejas y sugerencias de las personas destinatarias de la ayuda.
Muchas personas mayores permanecen invisibles a lo largo de las crisis, ya que las barreras físicas que se encuentran impiden que muchas puedan salir de sus casas. Estas personas, junto con las personas a su cargo, deben ser buscadas y registradas para garantizar que reciben ayuda y pueden acceder a los servicios que se implementan.
Los programas de atención no solo deben incluir a las personas mayores, también se les debe incluir en la respuesta capacitándoles con habilidades de liderazgo y proporcionarles roles dentro de sus comunidades.
Urge garantizar que las respuestas humanitarias sean inclusivas por lo que es necesario alcanzar un compromiso de Naciones Unidas y de las instituciones locales, nacionales e internacionales que intervienen en la región.
«Los cuatro principios de la acción humanitaria – humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia – otorgan a todas las personas el derecho a un acceso digno y seguro a la asistencia y protección, sin discriminación. El informe de evaluación rápida de necesidades que hemos elaborado muestra que esto no está sucediendo», señaló Verity McGivern, asesora humanitaria de HelpAge International.