Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria el 19 de agosto, nos encontramos en una preocupante encrucijada.
El año 2023 pasó a la historia como el más mortífero para los trabajadores humanitarios, personas que lo arriesgan todo para prestar asistencia vital en las regiones más peligrosas del mundo.
Resulta alarmante que 2024 pueda ser aún peor.
Cifras escalofriantes:
Al menos 278 trabajadores humanitarios han muerto en Gaza desde el 7 de octubre en Israel, según la ONU. Desde el comienzo de la invasión a gran escala en Ucrania, en febrero de 2022, 16 trabajadores humanitarios han muerto y otros 45 han resultado heridos. Estas desgarradoras estadísticas revelan una verdad innegable: el mundo está fallando a sus trabajadores humanitarios y, en consecuencia, a millones de personas vulnerables a las que ellos sirven.
A pesar de 75 años de leyes reconocidas internacionalmente, diseñadas para regular la conducta de los conflictos armados y limitar su devastador impacto, estas leyes se están violando flagrantemente. Tales violaciones continúan sin freno, sin ser cuestionadas y sin control, arrojando una oscura sombra sobre nuestra humanidad colectiva.
«La situación (en Gaza) es catastrófica. Se producen bombardeos y matanzas a diario. Lo que más me importa son las condiciones humanitarias, sociales y de vida de la población -especialmente de las personas mayores-, no la política ni la guerra. Sin embargo, la única solución para acabar con este conflicto es la política».
-Dr. Yehia Abed, Director de operaciones de Juzoor for Health and Social Development, miembro de la red HelpAge, Gaza.
La realidad es cruda y angustiosa. Mientras los trabajadores humanitarios se esfuerzan por llevar esperanza a los lugares más oscuros, son atacados y asesinados en cantidades desmesuradas.
Los civiles también se ven atrapados en el fuego cruzado, pagando el precio más alto por la incapacidad colectiva del mundo para hacer cumplir las leyes que están destinadas a protegerlos. Mientras tanto, los responsables de estos atroces actos continúan eludiendo la justicia, actuando con total impunidad, como si las vidas de los trabajadores humanitarios y los civiles fueran meros daños colaterales en la implacable marcha de la guerra.
Esto no es sólo un fracaso del derecho internacional; es un fracaso de la humanidad, de la responsabilidad y del liderazgo. No se puede permitir que continúe la situación actual. Deben cesar los ataques contra el personal y los bienes humanitarios. Deben cesar los ataques contra civiles y sus infraestructuras. El mundo no debe seguir haciendo la vista gorda ante estas atrocidades. La seguridad de los trabajadores humanitarios no es negociable, y la protección de los civiles tampoco.
«Los trabajadores humanitarios en Ucrania arriesgan sus vidas a diario para llegar a quienes más lo necesitan. Desde la invasión a gran escala, nuestro equipo ha apoyado a miles de personas mayores, las más afectadas por el conflicto. Han realizado esta labor a pesar del riesgo constante para sus vidas y salud, y muchos de ellos también han sufrido las consecuencias personales de la guerra. Me siento inspirado y profundamente agradecido por su valor y dedicación».
– Timothy Bainbridge, Director de HelpAge en Ucrania
¿Qué está haciendo HelpAge?
HelpAge International está trabajando para reformar el sistema de apoyo humanitario, haciéndolo más inclusivo para las personas mayores.
En las respuestas humanitarias, las personas mayores suelen ser pasadas por alto y excluidas debido a la falta de consulta y recopilación de datos, lo que da lugar a suposiciones desactualizadas sobre sus necesidades. La ayuda humanitaria no suele tener en cuenta sus dificultades, como problemas de movilidad, problemas de salud o necesidades nutricionales.
Los recursos de emergencia y los programas de recuperación suelen diseñarse sin tener en cuenta los obstáculos a los que se enfrentan las personas mayores, lo que provoca su marginación durante las crisis. La protección de los civiles no es negociable.
El trabajo de HelpAge incluye:
- Colaborar con gobiernos y organizaciones internacionales para asegurar que se consulte a las personas mayores y que sus necesidades sean tomadas en cuenta en todas las actividades humanitarias;
- Recopilar datos y pruebas sobre el impacto de las crisis en las personas mayores e identificar las barreras a las que se enfrentan para acceder a la ayuda;
- Desarrollar estrategias que demuestren cómo proteger los derechos de las personas mayores durante las emergencias;
- Ofrecer asesoramiento técnico y apoyo a las organizaciones humanitarias sobre cómo incluir a las personas mayores en su trabajo.
Tetiana Nazarenko, responsable de proyectos, vive en Kharkiv, una de las zonas más afectadas de Ucrania. Tuvo que huir de su ciudad natal, Sloviansk, donde brindaba asistencia humanitaria a personas desplazadas desde 2014. Ahora, como parte de HelpAge, se dedica a apoyar a las personas mayores que viven en las zonas más peligrosas de la región.
«Aquí se siente el peligro en todas partes, especialmente cuando te acercas a las líneas del frente. Pero todavía hay gente que vive allí. La mayoría son personas mayores y muchas de ellas, sin nadie que las cuide. El dolor en los ojos de alguien cuya casa acaba de ser destruida no se puede olvidar. La ayuda humanitaria consiste en proporcionar alivio y esperanza para que no se queden atrás».
-Olha, de 74 años, es una de las personas a las que ayuda Tetiana. La ayuda no pudo llegarle durante los meses de ocupación en 2022.
«Estamos contentos de que ahora podamos recibir ayuda. Nos sentíamos aislados de la vida normal, viviendo solos aquí, bajo el peligro. Gracias a los trabajadores humanitarios, ahora sabemos que no nos abandonarán a nuestra suerte».
Al tiempo que honramos el valor y el compromiso de los trabajadores humanitarios en este día, la comunidad internacional también debe comprometerse con los principios que encarnan: humanidad, imparcialidad, neutralidad e independencia.
Exijamos responsabilidades y justicia. Insistamos en la protección de quienes, ante peligros inimaginables, se niegan a dar la espalda a los más necesitados. Ahora es el momento de actuar.
Juntos, podemos y debemos defender a la humanidad.