Cada 17 de octubre se conmemora a nivel mundial el día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, y desde HelpAge International España queremos reivindicar un año más la necesidad de prevenir y proteger a todas las personas contra la pobreza y la exclusión social a lo largo de todas las etapas de la vida. Las desigualdades sociales y la discriminación por razón de edad impiden a las personas mayores ejercer sus derechos y disfrutar de una vida digna, saludable y segura. Es necesario garantizar un sistema de pensiones sociales, con perspectiva de género, que permita a las personas mayores tener independencia económica y poder acceder a los bienes y servicios en igualdad de condiciones.
Los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) que conforman la Agenda 2030 reconocen la necesidad de la erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones, incluida la pobreza extrema. Este es el mayor desafío a que se enfrenta el mundo y constituye un requisito indispensable para el desarrollo sostenible.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 1 consiste en “poner fin a la pobreza en todas sus formas y en todo el mundo”. Sus siete metas conexas tienen por objeto, entre otras cosas, erradicar la pobreza extrema para todas las personas en el mundo, reducir al menos a la mitad la proporción de hombres, mujeres y niños de todas las edades que viven en la pobreza, e implementar a nivel nacional sistemas y medidas apropiados de protección social para todos, incluidos niveles mínimos, y, de aquí a 2030, lograr una amplia cobertura de las personas pobres y vulnerables.
Según datos del informe El Estado de la Pobreza presentado el pasado viernes 14 de octubre en el Congreso de los Diputados de la Plataforma Europea de Entidades Sociales que trabajan y luchan contra la Pobreza y la Exclusión Social, EAPN, al inicio de la pandemia, 4,5 millones de personas en España ya vivían en situación de pobreza severa (un millón más que en 2008) siendo el colectivo más afectado por las consecuencias de la pandemia. No es el único colectivo afectado ya que más de 12 millones de personas se encuentran en el filo de la pobreza y la exclusión social en España.
El informe destaca que el grupo de personas mayores evoluciona en este sentido de forma diferente a los demás grupos de edad, debido a que gran parte de la población mayor tiene la pensión como único ingreso, y, por tanto, su situación de pobreza y/o exclusión social depende absolutamente de decisiones políticas y en no de su esfuerzo personal, pues, para la gran mayoría de este grupo, sus rentas están prácticamente determinadas por el importe de la pensión que reciben.
El hecho de que las pensiones se modifiquen poco determina que el factor más importante sea la variación anual del umbral de pobreza: en general, se cumple que, si el umbral sube, el número de personas mayores con ingresos por debajo del umbral aumenta, y si baja, disminuye. Además, también se cumple para todos los años que un importante porcentaje de pensiones tienen un importe inferior al umbral de pobreza.
Por otra parte, el informe señala que existe una brecha de género entre las personas mayores de 65 años y que la tasa de pobreza siempre ha sido más elevada en las mujeres que entre los hombres. La razón de esta brecha es, claramente, la diferencia en la cuantía de las pensiones que reciben hombres y mujeres que, además, se incrementa año a año en términos absolutos. Las pensiones de los hombres son entre un 57% y un 66 % más altas que las de las mujeres. Además, estas diferencias se producen como consecuencia del gran número de pensiones mínimas entre las mujeres; de la muy baja cuantía de las pensiones de viudedad, que en su gran mayoría son percibidas por las mujeres; y de las importantes diferencias en el importe de las pensiones de jubilación, que provienen de las particulares condiciones de participación de las mujeres en los mercados de trabajo, y que pueden resumirse en la exclusión de puestos directivos, diferencias salariales y carreras de cotización más cortas y discontinuas.
Desde HelpAge España creemos que es esencial garantizar el derecho a la seguridad social y a la protección social para prevenir y proteger a todas las personas contra la pobreza y la exclusión social a lo largo de todas las etapas de la vida.
Creemos necesario también garantizar un sistema de pensiones sociales, con perspectiva de género, que garantice un ingreso mínimo para que las personas mayores puedan vivir con independencia y libres de violencia, abusos y abandono. Además, debido al impacto tan negativo que tiene la pobreza sobre la salud de las personas, que se cronifica en la vejez, sería necesario garantizar la cobertura de salud universal que fomente el máximo nivel de salud, de autonomía y de calidad de vida de las personas en edades avanzadas. En este sentido, una Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas Mayores sería un instrumento muy importante que apoyaría a las personas mayores en situación de pobreza al garantizar sus derechos humanos más básicos.