KlimaSeniorinnen es un grupo de más de 2.000 mujeres suizas mayores de 65 años, que han conseguido que se produzca un hecho histórico este martes 9 de abril de 2024.
Su camino comenzó hace casi 10 años, en noviembre de 2016, cuando enviaron al Gobierno suizo una petición legal para detener las omisiones en la protección del clima, argumentando que no hacer lo suficiente para mitigar el cambio climático estaba poniendo en riesgo su salud y sus vidas. El Gobierno negó su petición y posteriormente ellas procedieron a una demanda dentro de los Tribunales suizos, pero no tuvo una resolución positiva.
Por ello, decidieron llevar el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), el 1 de diciembre de 2020, donde la sentencia ha sido adoptada por la Gran Sala el día 9 de abril de 2024.
Es especialmente relevante este litigio debido a que otras demandas interpuestas contra los estados no han sido admitidas debido a que no cumplían los requisitos establecidos por el TEDH. Un ejemplo es el caso de un grupo de jóvenes portugueses que presentaron una demanda ante el TEDH que no entró en la valoración del fondo de la cuestión debido a que no habían agotado las vías internas antes de presentar la demanda.
Sin embargo, la demanda de KlimaSeniorinnen supone el primer precedente dentro del TEDH que entra a valorar el fondo en un litigio climático. Las mujeres mayores suizas señalaron cómo Suiza había incurrido en una violación del derecho a la vida ya que, si hay más olas de calor, las mujeres mayores tienen mayor probabilidad de morir.
Una de las demandantes explicaba que “el cambio climático, con su creciente frecuencia e intensidad de olas de calor, pone en peligro la vida de las personas mayores, especialmente de las mujeres». Dentro del Convenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH) no se encuentra presente un derecho al medio ambiente, por esa razón, ellas han argumentado que atenta contra el derecho a la vida (artículo 2 CEDH), y el derecho al respeto a la vida privada y familiar (artículo 8 CEDH).
El fallo es vinculante y puede influir en la normativa de 46 países y territorios de Europa.
Esta sentencia no es únicamente un hito para los colectivos medioambientalistas, sino que pone en el centro cómo las personas mayores pueden aportar mucho a la sociedad actual. Desde su preocupación por cuestiones como el cambio climático hasta la existencia de asociaciones como KlimaSeniorinnen, nos ayudan a garantizar una mejor protección de los derechos.