25/02/2019
Os presentamos un documento que HelpAge International elaboró en colaboración con la Universidad de Warwick. Para su realización se consultó con una amplia gama de actores clave interesados en género y envejecimiento, para ello se organizaron talleres regionales en Jordania, Londres y Nairobi y se contó la experiencia de distintas personas procedentes de India, Tanzania y el sudeste asiático. Un grupo de asesores en políticas de desarrollo fue el encargado de orientar al equipo de investigación a lo largo de todo el proceso.
A lo largo de nuestras vidas tomamos decisiones sobre cómo queremos vivir, pero algunas personas tienen más opciones que otras. A pesar de los esfuerzos realizados a lo largo de la vida, existen personas que llegan a la vejez con muy pocos recursos económicos, sociales y culturales a los que recurrir. En este sentido, el lugar de nacimiento puede marcar el resto de la vida, si el entorno es pobre o en una comunidad existen estereotipos discriminatorios asociados a la religión, a la etnia o al género, por ejemplo. Nacer con una discapacidad, ser víctimas de un conflicto armado o un desastre natural también son factores que pueden determinar la situación económica o el estado de salud de una persona en la vejez.
Las desigualdades basadas en género pueden comenzar desde antes de nacer y continuar durante toda la vida. La suposición, comúnmente aceptada, de que las personas mayores carecen de género o son asexuales a menudo impide que se considere el género como un problema en edades avanzadas. Por esta razón es fundamental recordar que los efectos de la discriminación por razones de género no se detienen cuando envejecemos, si no que se acumulan.
Ser sensible a las cuestiones de género en la vejez no aborda las relaciones de poder basadas en el género que hayan existido en el pasado por lo que los procesos de sensibilización deben complementarse con enfoques de género en las distintas etapas de la vida.
Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El fenómeno global del aumento de la esperanza de vida es un triunfo de la humanidad, pero también es un desafío para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. Estos objetivos están relacionados con la visión de un mundo en el que todas las personas mayores puedan llevar vidas dignas, seguras y saludables. Si bien la igualdad de género es un objetivo explícito, el envejecimiento se aborda dentro de los objetivos individuales. Las organizaciones que poseen enfoques de edad reconocen ahora la interrelación entre género y envejecimiento, pero los actores encargados de diseñar e implementar las políticas y líneas de acción a nivel global no lo ven tan claro.
Los ODS reflejan una mayor comprensión de la necesidad de abordar las desigualdades que interactúan entre sí y se van acumulando a lo largo de la vida. El Objetivo 5, relativo a “Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas”, necesita incluir una perspectiva de edad para garantizar que la teoría y la práctica concurran de forma eficaz.
Los ODS solo serán efectivos si los datos se recogen y desglosan por edad y se pueden diseñar proyectos con perspectiva de género y de edad. Los ordenamientos jurídicos deben garantizar como mínimo que los derechos de las mujeres mayores quedan recogidos en las disposiciones de igualdad de género, pero también deben reconocer las consecuencias de sumar a la discriminación por razones de género, la discriminación por edad al llegar a la vejez.
