06/11/2016
© Paul Ong/HelpAge International
«Recuerdo cuando le dije a mi familia que empezaba a tener la visión borrosa, hasta que un día todo se volvió negro y ya no podía ver», relata Nyabel, una señora de 60 años que desarrolló catarata después de haber huido a Etiopía de Sudán del Sur.
«Perdí mi independencia. Progresivamente, mi vida fue empeorando. Me sentía muy triste y sabía que nada se podía hacer y nadie me podía ayudar para cambiar esto».
Nyabel se mudó a la casa de su hija mayor y su familia, dependiendo completamente del apoyo de ellos, incluso para bañarse. Han pasado años enteros sin que ella pueda ver y sentirse independiente, hasta que un día un equipo de salud de HelpAge Internatinal visitó su campo de refugiados y Nyabel recibió una cirugía de cataratas.
La exclusión de las mujeres mayores
Los problemas a las que Nyabel se ha enfrentado son muy frecuentes. Las mujeres son más vulnerables al desarrollo de catarata que los hombres y son menos propensas a acceder a servicios. Se trata de una tendencia constante a nivel mundial ya que las mujeres encuentran más dificultades para conseguir los servicios de salud que necesitan, la situación empeorando por culpa de la disparidad de género en cuanto a los ingresos y el empleo.
Aproximadamente, un cuarto de las mujeres a nivel global tiene 50 años o más según datos del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (DAES). A medida que la población envejece, el número aumentará, por lo que se necesitará más que nunca combatir la discriminación por género.
Uno de los problemas más grandes es la falta de datos sobre los derechos. La recopilación de datos sobre la violencia física y sexual contra las mujeres se hace muchas veces con mujeres hasta 49 años, excluyendo de hecho un cuarto de las mujeres a nivel mundial.
En un informe realizado por la ONU y la OMS en 133 países, sólo 17% han presentado datos recopilados sobre el abuso de adultos mayores y del 59% que tenían leyes para prevenir el abuso de los mayores, menos de un tercio han afirmado que estas regulaciones son implementadas.
¿Por qué los derechos de las mujeres mayores no son respetados?
Cuando ocurre un abuso, muchas veces los países no están preparados para gestionarlo. Un informe realizado por las Naciones Unidas en 2013 indica que las mujeres son excluidas frecuentemente de las leyes sobre violencia doméstica. Por ende, es necesario un mayor conocimiento sobre la negligencia, el abuso y la violencia que las mujeres mayores experimentan.
El soporte incondicional que las mujeres mayores ofrecen a la sociedad no es reconocido al llegar a una edad avanzada en comparación con las otras etapas de su vida. El cuidado que ofrecen a sus maridos, a otros familiares, a sus hijas durante el embarazo y el cuidado de los niños, y a sus nietos se da por hecho en la mayoría de las sociedades.
A pesar de esto, muchos programas de desarrollo y sistemas de atención médica no incluyen a las mujeres mayores, y tampoco cumplen sus derechos.
Mientras que una simple operación hizo que Nyabel recobrará la vista, muchas mujeres mayores nunca reciben el tratamiento que necesitan. Tal vez porque no está disponible, o porque es demasiado caro; otras veces se enfrentan al rechazo de ser atendidas ya que supuestamente no están enfermas sino es culpa de su edad avanzada.
El impacto en las mujeres mayores y cómo podemos cambiar la situación
La falta de tratamientos, las enfermedades crónicas y otras discapacidades pueden tener unas consecuencias terribles y debilitadoras sobre las vidas de las mujeres mayores y sus habilidades para contribuir al hogar familiar y a sus comunidades. Ellas pueden perder su independencia y su autonomía, llegando a ser totalmente dependientes del soporte de los miembros de la familia, muchos de los cuales no están preparados para atender sus necesidades.
Las mujeres mayores saben muy bien las necesidades que tienen para poder llevar una vida con comodidades básicas para la edad adulta, y cualquier enfoque eficaz que «promueva el bienestar para todos de todas las edades» debe incluir adecuadamente a las mujeres mayores.
En HelpAge, conocemos cada día a activistas entusiasmados, que luchan sin cesar para defender los derechos de los mayores, avergonzándose de los estereotipos a los que se enfrentan las personas mayores.
Las acciones destinadas a acabar con el sexismo y la discriminación por edad no deben ignorar las formas convergentes de discriminación a las que las mujeres mayores pueden estar sujetas. A través de la apreciación de sus contribuciones y el aprendizaje que sus experiencias nos ofrecen, estamos intentando que las campañas para la igualdad sean lo más inclusivas posible con las mujeres mayores.