01/07/2015
El envejecimiento es un factor transversal muy importante en el proceso de los ODS. Podemos comprobar que afecta a todos los temas de interés, por ejemplo:
- Las mujeres mayores de 50 años representan el 22 % de las mujeres del mundo.
- Alrededor del 44,6 % de las personas mayores de 65 años tienen una discapacidad.
- Tres cuartas partes de las enfermedades no transmisibles (ENT) se producen en el grupo de edad de mayores de 60 años.
- Los jóvenes de hoy son los mayores del mañana.
Nuestras recomendaciones.
Trabajamos en una serie de recomendaciones que garanticen que las personas mayores estén incluidas en el proceso de los ODS. Para ello es necesario:
- Establecer indicadores transversales a lo largo de la vida, en los objetivos y las metas, para recoger datos sobre el envejecimiento, el género, la discapacidad y otros factores, y someterlos a una revisión estadística.
- Invertir en la capacidad estadística nacional y en una financiación adecuada para apoyar, tanto la mejora de las estadísticas a lo largo del curso de la vida como de los programas innovadores.
- Establecer un diálogo y revisiones regulares a nivel nacional, regional y mundial para fortalecer el intercambio de información y colaboración.
- Incluir el envejecimiento en todas las agencias de la ONU para que esté presente en sus trabajos, investigaciones y publicaciones.
Participación de las personas mayores.
El desarrollo sostenible no se logrará en 2030 sin la inclusión consciente e intencionada de las personas mayores, cuyo porcentaje de población y su esperanza de vida están aumentando.
Las personas mayores no sólo están experimentando y adaptándose a los impactos del cambio climático, la urbanización, los servicios de salud inadecuados y las crisis humanitarias, sino que también están luchando contra la discriminación por edad. Hay que reconocer que las personas mayores y las personas con discapacidad también son miembros productivos y llenos de energía de la sociedad. Participan en todos los ámbitos de la vida y contribuyen a la salud económica y social de sus comunidades. Por lo tanto, no deben ser vistas como personas dependientes o ser consideradas víctimas o receptoras pasivas de servicios, atención y protección.
Si bien el proceso de desarrollo de los nuevos ODS ha proporcionado una plataforma estratégica importante para abordar los problemas del envejecimiento a nivel mundial, las oportunidades y los retos del envejecimiento de la población aún no se han explorado ni entendido completamente, así como tampoco se han incorporado en los programas nacionales y regionales de desarrollo.
No dejar a nadie atrás.
El logro de los ODS significa erradicar la pobreza extrema para todos, sin dejar a nadie atrás. La pobreza es endémica entre los grupos de mayor edad, donde además la discapacidad es un factor agravante. Con frecuencia, las respuestas actuales al envejecimiento y la discapacidad tienen como resultado menores tasas de participación como fuerza laboral y de inclusión social, además de producir discriminación. Esto hace que la pobreza crónica se dispare, trasladándose de generación en generación.
Para tener una vejez digna y segura es fundamental que exista seguridad de los ingresos, acceso a servicios de salud, oportunidades de empleo y aprendizaje, viviendas y transportes seguros y que no exista discriminación y ni violencia. La inversión financiera en el proceso de implementación de los ODS debe dar prioridad a los programas y a las políticas que tengan en cuenta enfoques de edad, incluyendo los pisos de protección social.
No es posible medir los impactos sin datos.
«No dejar a nadie detrás» significa que se debe prestar especial atención a medir el alcance y el impacto de los compromisos asumidos con las personas más vulnerables, incluidas las personas mayores y las personas con discapacidad. Los datos que se recopilan deben contribuir a mejorar la vida de todos, en todas las etapas de la vida. Deben dar visibilidad a quienes son actualmente invisibles.
En este sentido, podemos decir que los datos que se utilizan aún no son adecuados para medir los impactos en las poblaciones a medida que envejecen. Se debe mejorar la recopilación de datos desagregados por edad en todo el ciclo vital, así como por otras variables.
Para más información puedes consultar el blog de Sylvia Beales aquí.